lunes, 14 de septiembre de 2009

Recuperación de diversos autores en torno a la Educación No Formal

Como todos los espacios de educación, el de la No Formal es un lugar de lucha. La particularidad de este caso, podríamos decir que es la de la disputa por la búsqueda de su reconocimiento, su calificación y su valorización.
Si nos remontamos a la década del 70, como bien dice Ma. Teresa Sirvent “hubo quienes destacaron su carácter “alternativo”, tanto respecto de los aspectos didácticos como de los socioeducativos promotores de la democratización de la educación”. Hoy, podemos afirmar que, si bien dejamos la utopía de lado, no podemos ignorar el ámbito de la Educación No Formal al momento de referirnos sobre la democratización de la educación.
La educación ya no es pensable desde un "modelo escolar" que se halla rebasado tanto espacial como temporalmente, diría Jesús Martin Barbero. En este aspecto, podríamos decir que, coincide con Sirvent ya que ambos interpretan que existe un nutrido espacio de experiencias educativas que se dan a lo largo de la vida de los individuos que trasciende el espacio de la escuela en sus tres niveles educativos formales. En este sentido, el nacionalizado colombiano dirá que "la edad para aprender es todas", como así también postulara que no existe un lugar predeterminado para llevar adelante esta actividad.

Sobre la desvalorización en relación a la definición por la negativa
La definición por la negativa (educación “no” formal), según comenta Sirvent, implica una contraposición y atomización del fenómeno educativo que desconoce la riqueza de la relación dialéctica entre escuela y más allá de la escuela.
Esto tiene que ver con la valorización social del acto de la Educación No Formal. Esto tiene relación con el limitado alcance del concepto e incluso con sus riesgos de distorsión teórica y empírica para analizar e intervenir en la compleja realidad de experiencias educativas.
Esta denominación también se asocia, a la desvalorización del área, a la desvalorización del educador del área, a la desvalorización de los contenidos… Por ello, ya muchos pensadores críticos han afirmado que es necesaria una redefinición y otra nominación.

Ni aquí, ni allá
La innovación no es exclusividad de las experiencias educativas más allá de la escuela, pero tampoco lo tradicional es exclusivo de la escuela. Según Jesús Martin Barbero, "estamos pasando de una sociedad con sistema educativo a una sociedad educativa, esto es, cuya red educativa lo atraviesa todo". De allí que plantea la convicción de que existe una "necesidad de fortalecer la escuela publica" Ella se ha convertido en el termómetro más fiel del modelo de Estado que se está dando en los países.
“Un futuro mejor” es la frase que condensa la fuerza del imaginario social que sigue colocando a las escuelas en el diseño de un mejor mañana, según Inés Dussel. A pesar del sentido esperanzador que encierran estas instituciones, Barbero advierte que "la contradicción entre el papel estratégico de la educación en la sociedad informacional y el tratamiento que la escuela publica recibe en América Latina no hace sino agravar la desestabilización de las instituciones democráticas".
En relación a ello, Sirvent nos habla del carácter de deseo de democratización que implicaba la Educación No Formal. Sin embargo, para algunos autores, la población que más debería demandar, la población en situación de pobreza educativa, estadísticamente es la población que menos demanda una educación “más allá de la escuela”.

Articulación entre lo formal y lo no formal
Como plantea Dussel, “la escuela sigue concitando el deseo de una sociedad mejor”. Sin embargo, se le ha sumado el carácter abierto a otras experiencias y lenguajes de la cultura. Como pensaba Barbero, la escuela debe ser el lugar más abierto del desarrollo de la inteligencia colectiva y las biografías educativas.
Sirvent nos dirá que “a partir de una concepción integral de lo educativo, se destaca la relación e interacción entre los universos de la escuela y de la educación más allá de la escuela y se incluye la totalidad de los estímulos de enseñanza y de aprendizaje existentes en una sociedad”. Esto es la lo que incluye el concepto de educación permanente. Se trata de la educación como una necesidad permanente y como un derecho para todos los individuos y grupos sociales. Es el reconocimiento de la capacidad de individuos y grupos para el aprendizaje y la transformación a lo largo de toda su existencia. Implica el supuesto de la potenciación de los recursos educativos a través de la constitución de una red o trama que los articule. Se asienta sobre el reconocimiento de la existencia de múltiples formas y recursos educativos emergentes de una sociedad, que operan en la escuela y “más allá de la escuela”.
Todo ello, se ve reflejado en el compilado realizado por Alejandra Birgin, Inés Dussel, Silvia Duschatzky y Guillermina Tiramonti en “La Formación Docente”. Allí, de manera palpable, se comprende como educandos y educadores llegan a comprender que cada participante de la acto educativo aporta un aspecto novedoso sobre el mismo objeto de conocimiento; se desmitifica el concepto de que el conocimiento solo puede adquirirse en etapas sucesivas y sistematizadas; se debe rescatar la historia oral; se tiene que pensar un curricula particular para cada zona; existe una necesidad de interdisciplinariedad e importa fundamentalmente partir de la realidad concreta y del contrato directo con la naturaleza.
Si bien es cierto que, como dice Tiramonti para sacarnos de la utopía la escuela por momentos “es incapaz de reconocer los nuevos códigos culturales y de poner en juego los instrumentos que proporciona la cultura letrada para interactuar con los medios electrónicos”, también es correcto decir que existe un descentramiento del saber escolar. No podemos negar que se están dando un conjunto de procesos y experiencias que afirman que la circulación de saberes por fuera de los libros, en una dirección de aprendizaje que no es lineal ni vertical.
Al plantearse la educación desde la perspectiva de la cultura, se supone la selección y transmisión de significaciones, su asimilación en cada agente que se incorpora a ella.