domingo, 13 de mayo de 2007

ELECCIONES, ELECCIONES


Cuando tenía algo así como siete años comencé a gastar mis pocos ahorros en libros. Como no me alcanzaba para comprármelos nuevos, solía ojear por horas los que vendían en un puesto de la feria. En ese lugar llamado “Chango Verde”, hundía mi nariz entre las hojas amarillentas y me llenaba de ese aroma que surtía el mismo efecto en mi que el de la lectura: Mi mente volaba hasta unir miles de historias, quizás reales quizás fantasiosas, de los distintos dedos que habían girado aquellas paginas. Con solo algunos segundos entre aquellos pliegos podía conocer a la niña que había dejado de serlo mientras leía esas líneas, al padre que –diferenciándose de muchos otros- le leía todas las noches a su hija aquellos párrafos mágicos, el niño que guardaba bajo la cama ese compilado de historias…
En ese torbellino de fantasías conocí el que mejor me calzaba, era una serie llamada “Elige tu propia aventura”. Con ella no solo degustaba la lectura sino que a la vez ejercitaba mi capacidad para crear historias. Quizás por ello, actualmente paso horas tirada en mi cama viendo el techo e imaginando cómo sería la actualidad si hubiese tomado otras decisiones en mi pasado. En esos momentos es cuando me arrepiento de muchas cosas, pero estoy segura de que las volvería a hacer y es por eso que en este blog las distintas realidades conviven desde el principio –sin poder ni el más habido lector poder discernir la realidad de la fantasía-.

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