domingo, 7 de septiembre de 2008

Culturalmente, subjetivo


Nuevamente me encuentro frente al teclado, aun preocupada por la calidad de los (pseudo) intelectuales en las Universidades pero con la arena del reloj pronta a terminar. Esta vez, los elegidos para hacerme de “base” eran el Cap. 3 del libro “Teoría de la Educación” de Ricardo Nassif y el primer capitulo del libro “De Sarmiento a los Simpsons” de Carusso y Dussel. Otra vez, mi cabeza debería pasar en limpio todo lo leído para poder plasmar en papel alguna idea que aporte al debate. De los cuatro puntos que nos proponía desde la cátedra como guía, el último no era una pregunta y -como tantas veces leí primero el final del libro- comencé por allí.
Partiendo de la frase que dice “la construcción de la experiencia, del sujeto, de la subjetividad está atravesada por las relaciones de poder” podemos afirmar que debemos hacer un recorrido previo en dos términos fundamentalmente: “cultura” y “sujeto”. Una vez allanado este camino podremos osar explicar el enunciado con mayor soltura.
No está de más recordar que toda práctica educativa es en sí productora de sujetos, a partir de la mediación de otros sujetos. Se que en una primera lectura solo parece ser un trabalenguas o una forma académicamente correcta (complicada) de expresar una idea simple, por ello –me retractó y saco esa secuela de haber pasado tanto tiempo en claustros universitarios- y paso a socializar la idea: cuando me refiero a “sujeto” lo hago en tanto y en cuanto a una persona que da sentido a la educación, dado que es el/la hombre/mujer quien ha de insertarse en un ambiente preestablecido o quien va a superar las acomodaciones pasivas mediante la vigorización de la función renovadora que activa las capacidades humanas transformadoras .
Las exigencias socioculturales, las concepciones del mundo y de la vida, acentúan una u otra de estas funciones. En este sentido, el sujeto se va produciendo en la medida que organiza sus experiencias dentro de “redes de experiencias”, no puede ser externo a la estructura social, ni acomodarse a la misma, sino que la construye. A esta compleja lógica por la cual la estructura es
“completada” (reescrita) por los sentidos, le corresponde la imagen de un sujeto que al atribuir significados al mundo tiene un campo de decisiones que tomar .
De ahora en más, supongo, se notará que el argentino Nassif ha impregnado de mis pensamientos con sus planteos sobre educación desde la perspectiva de la cultura. Por esta razón la tomo como un proceso de endoculturación que supone la selección y transmisión de significaciones, su asimilación en cada agente que se incorpora a ella. En el proceso que incorpora y crea cultura, en ese proceso educativo se produce una transformación de la misma. Es entonces, a través de este proceso de apropiación de la cultura que la misma se reproduce y se transforma. Y esto se da en la cultura escolar porque es allí donde surge el intercambio de significados que estructura la institución escolar. En pocas palabras, la escuela produce cultura .
La lógica de las mediaciones pedagógicas, se articula a partir del entramado de significaciones que suponen las acciones concretas que dinamizan las relaciones entre el sujeto, el sujeto mediador y el mundo. Este proceso mediador define a lo que se conoce sujeto pedagógico.
Antes de seguir avanzando deberíamos hacer algunas apreciaciones como, por ejemplo, que la educación es un proceso de cultura y sistema cultural y de allí que el carácter social del sistema educativo se concrete en la institucionalización de la función educativa de la comunidad . Pero el concepto de educación no es reductible al concepto de escuela; es necesario reflexionar acerca de aquellas prácticas que ocurren en otros ámbitos y que también contribuyen a la formación de los individuos.
Mas, los distintos ámbitos institucionales encuadran y precisan de un dispositivo pedagógico, definiendo cada uno de ellos a su sujeto y estipulando los elementos y el orden de las series que constituyen las correspondientes estructuras significantes. Las mismas tienen como función fundamental, la mediación entre los sujetos políticos y sociales y, el hábitus que se pretende inculcar. El sistema educativo concentra todos los sectores de la cultura vigente a los efectos de su transmisión, mediante un acto previo de pedagogización .
Obviamente, todas las actividades humanas, a esta altura del desarrollo como especie o población o sociedades -elijan el marco de referencia que más les guste para optar por uno de estos términos-, muestran el poder de una teoría implícita o explícitamente actuante –llámense concepciones hegemónicas, paradigmas dominantes, representaciones sociales, o creencias-.
Volviendo al pie inicial, el Mundo esta dominado por poderes importantes y, subyacentes a ese poder, esta el conocimiento.

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