sábado, 22 de noviembre de 2008

EL DEBATE DE LOS DERECHOS HUMANOS

Abrimos un debate actual sobre cuestiones que se repiten desde hace años. Violación de derechos humanos hubo en la dictadura, de manera atroz, y aún en este gobierno «de los derechos humanos» se siguen dando –con otras formas, con adaptaciones-.
Quizás no haga falta, pero aclaro –para quienes no me conocen- que soy miembro activa de grupos que luchan (día a día, con los pies en el lugar de los hechos, codo a codo con los implicados) por los derechos humanos. Partiendo de esto, se puede deducir que no soy objetiva. Igualmente, supongo que ninguno de nosotros lo es. Todos escribimos desde nuestra propia historia. Es necesario leer el contexto, para entender el texto.
Se vino esta moda de los supuestos ex montoneros combativos y junto a ella se abalanzaron miles de banderitas, cornetas y papelitos. La gente se perdió en la euforia de los actos «conmemorativos». Surgieron todo tipo de críticos y analistas en DDHH, a partir de ese momento dejaron de existir el desempleo, el hambre, el gatillo fácil en los barrios, los presos políticos y procesados, las fábricas militarizadas, las patotas de la burocracia, la criminalización de la protesta, Jorge Julio López...
Pero esto no es únicamente llevado adelante por el gobierno de turno (como tampoco el genocidio fue únicamente llevado a cabo por militares). Existen dentro de la sociedad otros participes y cómplices de estas violaciones a los derechos humanos. Muchos medios de comunicación fueron claves para que los militares concretasen la desaparición de 30 mil personas, torturaran a millares, destruyeran la economía nacional, crearan la deuda externa, fragmentaran y despolitizaran a la población, y nos dejaran en la mayor miseria nunca imaginada.
Lo más preocupante es que muchas de aquellas personas que adhirieron a la dictadura, aun hoy continúan ejerciendo un poder sobre la población: Mauro Viale, Marcelo Araujo, Mariano Grondona, Felix Luna, Palito Ortega,… Lo mismo sucede en Florencio Varela. Miembros de establecimientos educativos, eclesiásticos, de los medios de comunicación, del área gubernamental, etc. que en su momento agitaron consignas pro dictadura desde gradas continúan dejando legado en el territorio.
Cada quien actúa dependiendo de las circunstancias y adaptándose al sistema que permite solo la sobrevivencia del más fuerte. Hablo, actúo o no me inmuto dependiendo del grado de conveniencia.
Con ojo de cíclope observamos todos. No olvidemos que no somos ni seremos nunca objetivos. No somos carmelitas descalzas ni lobos feroces. Hagámonos cargo de nuestro pasado para construir un futuro diferente.

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