viernes, 28 de noviembre de 2008

Imaginarios de la pista de baile




De la tradición de los clubes electrónicos se trae esta idea de que el cuerpo es el vehiculo para liberarse del mundo a través del movimiento y de la provocación de sensaciones físicas extremas (por ejemplo a través del consumo de drogas).Las fiestas creamfields son en este sentido un referente obligado de estas prenociones y representaciones sobre el cuerpo que circulan en las Zizek, ya que se puede reconocer como existe un imaginario compartido.
El sujeto juvenil es creado y es creador a la luz del imaginario social que le ha sido instituido, no solo por su capacidad de generación de lo nuevo sino por la capacidad de desplazamiento de sentido, acorde con el concepto de imaginario social que propone Castoriadis: "hablamos de imaginario cuando queremos hablar de algo "inventado" -ya se trate de un "invento absoluto" ("una historia inventada de cabo a rabo"), o de un deslizamiento o desplazamiento de sentido, en el que unos símbolos ya disponibles están investidos con otras significaciones que las suyas 'normales o canonícas'".
Los jóvenes desarrollan procesos de creación de nuevos estilos que podrían ubicarse, entre otros, en la música, la moda, en las prácticas corpóreas, en estilos de vida acordes con sus procesos de creación; y también desarrollan procesos de desplazamiento de sentido al reciclar y mezclar estilos y estéticas juveniles preexistentes. Según Castoriadis, lo esencial de la creación no es 'descubrimiento', sino constitución de lo nuevo; el arte no descubre, constituye; y la relación de lo que constituye con lo 'real', relación de verificación. Y en el plano social, que es aquí nuestro interés central, la emergencia de nuevas instituciones y de nuevas formas de vivir, tampoco es un 'descubrimiento', es una constitución activa.
En este sentido, el estilo condensado en las fiestas zizek pueden rastrearse en la genealogía de los sentidos, estilos y esteticas que se viene desarrollando desde el nacimiento de la cultura electronica.
La música electrónica llego a un público amplio a través de las denominadas raves. A fines de los 80 el surgimiento de un nuevo género electrónico, el acid house, propone una nueva filosofía de la tolerancia y la inclusión de sectores marginados. Dj Phuture, proveniente de Detroit, emigra hacia Inglaterra donde organiza las primeras fiestas raves. En galpones de fábricas abandonadas, y de manera ilegal, comienzan a congregarse personas y grupos cuya presencia estaba vedada en clubes disco tradicionales, o que en todo caso eran censurados. Gays, negros, y jóvenes desempleados y obreros conforman “El verano del amor” en base a las premisas de Paz, amor, Respeto y Unidad (PLUR en ingles). La Rave se convierte en un ritual colectivo: un día entero, a veces mas, en donde miles de personas bailan conformando un masa: ya no se trata del baile en parejas, sino de un baile en donde todo confluyen mirando de frente al dj.
La Rave, en su nacimiento, aparece como un polo de resistencia al individualismo y marginación que se vive con la aparición de los nuevos gobiernos neoliberales. Pero mas que desde una perspectiva política tradicional, el sentido de resistencia aparece desde el cuerpo: la rave une a los cuerpos marginados y estigmatizados en situación de baile y frenetismo que libera y une en un cuerpo que abarca a todos quienes participan del ritual. En este contexto, el consumo de estimulantes adquiere un sentido propio: se trata de drogas diseñadas en función de generar estímulos en el cuerpo que responden casi mecánicamente a la intensidad y velocidad particular de este género de música.
Con el paso de los años, la Rave o fiesta electrónica no escapó a la lógica de otras manifestaciones culturales surgidas desde la resistencia: la comercialización de este fenómeno hasta convertirse en un hecho masivo y de consumo. Hoy en día, existe un circuito globalizado y mercantil: mega festivales como la Creamfields o el Love Parade, que son auspiciados por empresas monopólicas, son el epicentro de este movimiento. Existen además clubes en cada gran ciudad, algunos que no escapan a la lógica de un Mc Donadls (Por ejemplo Pacha o Gatecrasher con sedes en distintas capitales del mundo), sin contar que cada boliche en cada pueblo o pequeña ciudad tiene una pista exclusivamente para música electrónica. El merchandising, los mega sellos discográficos y los estimulantes son parte de este circuito de consumo que congrega a una gran parte de la juventud global. Aunque, cabe destacar, de todas formas, que la música electrónica puede dividirse en una gran variedad de géneros, algunos (techno, dance, house, electroclash, big beat, entre otros) mas comerciales que otros.
En este nuevo contexto, el sujeto electrónico ha cambiado de características: se trata de jóvenes de clase media o alta con capacidad de consumo.
En el caso especifico de Argentina, la movida electrónica tiene un desarrollo de mas de una década, la ciudad de buenos aires no solo cuenta con una amplia variedad de clubes (para cada subgénero electrónico en particular), dj´s, radios, sino que es sede de las versiones latinoamericanas de los festivales antes mencionados.
Queda claro que hay un historial cultural de bastante desarrollo si tomamos a la comunidad electrocumbiera como parte del devenir de los géneros electrónicos. En tal caso, se hace posible definir algunos límites amplios de los conjuntos de personas que se involucran en esa cultura

Jóvenes y Cuerpo




Según David Le Breton “La experiencia de la experiencia corporal y de los signos que la manifiestan a los otros, el hecho de compartir ritos vinculados con la sociabilidad, son condiciones que hacen posible la comunicación, la constante transmisión de sentidos dentro de una sociedad dada” . La noche, como espacio de recreación y de ruptura con lo cotidiano, es un lugar de circulación de sentidos específicos que se transmiten a través del cuerpo.
Como señala Le Breton, en las sociedades occidentales el cuerpo desaparece de la conciencia a través de los rituales de borramiento “En la vida de todos los días estamos guiados por una red de ritos que borran la evidencia del cuerpo” . En estas ocasiones de actividad corporal extrema se producen “los paréntesis de la vida personal, lugares privilegiados en los que se levantan las prevenciones habituales, en los que, parcialmente, se relaja el borramiento ritualizado del cuerpo” .
“Los espacios dedicados al ocio son lugares privilegiados, para los jóvenes, en relación con la creación de sus propias experiencias y de su propia identidad” . Distinto al mundo cotidiano, el espacio nocturno permite a los jóvenes relacionarse de manera distinta con aquello que los rodea. Las calles que transitan, las personas con las cuales se comunican, el modo de cómo perciben y accionan con su propio cuerpo generan otra realidad que parece ser menos autoritaria y rígida.
Sin embargo, no todas las experiencias que se enmarcan en estos contextos son disparadores para la formación de identidades mas libres, alejadas de las presiones y parámetros culturales estrictos. En el caso de la música electrónica, cultura que se a extendido a niveles enormemente masivos en los últimos 20 años, la homogenización estilística tanto musical, como de baile, de vestuario y de consumo dejan opciones para la elección.

CAMBIO DE VALORES EN LA POSTMO


“La posmodernidad no implica un cambio en los valores de la modernidad iluminista sino un particular debilitamiento del carácter absoluto de los mismos” . Enmarcado en un contexto de incertidumbre, la categoría de Joven (al igual que tantas otras) esta multideterminada por discursos que a simple vista parecen inconexos, en tanto que se los analiza en función de la metadiscursividad moderna. El entramado estatal-institucional que bajo el paraguas de la modernidad supo colocar a cada categoría de sujeto en un único lugar con limites claros, hoy parece difuso.
Asentada sobre las bases del Iluminismo, La Modernidad situó a la racionalidad y al progreso como hilos conductores del devenir social, consolidándose en una globalidad que involucro al capitalismo como modelo económico al Estado Nación como forma política y a la burguesía como nueva clase social hegemónica.
Con la nueva organización política y económica, la totalidad de ámbitos que forman y recortan los límites de la subjetividad se modificaron y confluyeron constituyendo a un nuevo sujeto. El proyecto Moderno se asentó sobre procesos complejos, abarcando el desarrollo determinados conocimientos, formas de transmisión de los saberes, marcos de significaciones, idea de trascendencia, relaciones interpersonales, y la forma de percibir el tiempo y el espacio, que supusieron un cambio radical sobre lo anteriormente establecido y legitimado.
El entramado institucional, funciono por tanto, como unificador y centralizador de un tipo de subjetividad que se fue constituyendo sobre las marcas que cada institución operaba sobre el sujeto y que podía continuarse y profundizarse en la institución siguiente. Al joven en este marco, le correspondía un lugar angular con un destino claro, el de proyectar su futuro hacia el progreso para lo cual contaba con las posibilidades que unas pocas instituciones bien estructuradas le ofrecian: profundizar sus conocimientos, insertarse en el mundo laboral y formar una familia.
El desplazamiento que estos mecanismos sufrieron al dar paso a la denominada posmodernidad suponen una desarticulación del entramado, que en un contexto en el cuál el mercado ha ganado estructuras al tiempo que el estado las ha ido perdiendo, da lugar a un estallido de opciones sobre las cuales optar para formar la subjetividad.
El joven en la actualidad se encuentra inmerso en esta encrucijada: al tiempo que algunas de las viejas instituciones siguen funcionando cargando sobre si el peso de las ideas modernas, con sus normas, su deber ser y su idea sobre el futuro, otros nuevos marcos se imponen: el consumo como lógica de la libre elección, nuevas relaciones de carácter laxo, la libre competencia en un mercado que impone limites.
A partir de este marco contextual se puede reflexionar sobre las practicas, las representaciones y los sentidos que se juegan hoy en la construcción de las identidades, imaginarios y subjetividades debido a que como analiza, Laclau “Toda identidad es meramente relacional y vulnerable a todo exterior que la subvierta” . Las prácticas del sujeto joven se enmarcan en este contexto y generan lógicas propias que son el resultado dinámico de esta compleja realidad.

Juventud como imaginario social instituido





La categoría juventud existe en tanto se ha dado las condiciones históricas y espacios que han favorecido su existencia, como son la escuela, la moratoria social y el surgimiento y permanencia de espacios específicos de consumo y de medios de comunicación que han permitido su visibilización, así como su constitución como objeto de saber para distintas disciplinas como la Medicina, Psiquiatría, Pedagogía, Ciencias Social, entre otras. La juventud se constituye en una forma de institución imaginaria al sufrir, mediante las relaciones sociales, una serie de procesos de aceptación, legitimación y sanción social. Las instituciones son un conjunto de significaciones que remiten al ámbito de las aceptaciones colectivas y se constituyen en una expresión de lo humano, en la medida en que ellas son solo posibles si están insertas en una red simbólica. Como dice Castoriadis "las instituciones no se reducen a los simbólico pero no pueden existir más que en lo simbólico, son imposibles fuera de un símbolo en segundo grado y construyen cada una su red simbólica".
Los imaginarios sociales tienen una función primaria que se podría definir como la elaboración y distribución generalizada de instrumentos de percepción de la realidad social construida como realmente existente. En esa medida, los objetos de percepción construidos por esas empresas constructoras de realidades, son objetos de deseo, que además de ser admitidos y legitimados socialmente, permiten construir realidades, de tal manera que se construyen así relevancias obviamente manipuladas, que promueven el deseo insaciable de consumo. La industria cultural se podría considerar como una empresa constructora de realidades que se ofrece en una dimensión simbólica y que se ubica como propuestas de sentido unidireccional.
Como imaginarios de juventud instituidos podrían mencionarse los siguientes:

Juventud = etapa de transición: edad, cuerpo, ciclo vital, etapa. Imaginario desde el cual se formula una política publica desde el referente de moratoria. La juventud se entiende como una etapa clave para la integración social, en la cual la gente joven debe formarse y adquirir todos los valores y habilidades para insertarse al mundo adulto. La juventud es atendida como grupo etario, como grupo homogéneo que tiene en común un rango de edad, aun sin delimitar exactamente. Sin embargo como dice Bourdieu, definir al joven en términos socioculturales implica, en primer lugar, no conformarse con las delimitaciones biológicas, como la de la edad, “la juventud no es más que una palabra”.
Juventud = periodo de crisis. Sujetos en riesgo, adolescentes, crisis, cambio que necesita una ley de menores y donde el concepto básico es la situación irregular. Este imaginario instituido produjo la estigmatización de la gente joven como delincuente, inadaptada, irresponsable, necesitada de control y hasta represión.
Jóvenes = actores estratégicos del desarrollo: joven agente de cambio, de esperanza de la realidad social o sujeto juvenil como problema debido a que sufre desempleo, marginalidad y otros tipos de exclusión.

sábado, 22 de noviembre de 2008

EL DEBATE DE LOS DERECHOS HUMANOS

Abrimos un debate actual sobre cuestiones que se repiten desde hace años. Violación de derechos humanos hubo en la dictadura, de manera atroz, y aún en este gobierno «de los derechos humanos» se siguen dando –con otras formas, con adaptaciones-.
Quizás no haga falta, pero aclaro –para quienes no me conocen- que soy miembro activa de grupos que luchan (día a día, con los pies en el lugar de los hechos, codo a codo con los implicados) por los derechos humanos. Partiendo de esto, se puede deducir que no soy objetiva. Igualmente, supongo que ninguno de nosotros lo es. Todos escribimos desde nuestra propia historia. Es necesario leer el contexto, para entender el texto.
Se vino esta moda de los supuestos ex montoneros combativos y junto a ella se abalanzaron miles de banderitas, cornetas y papelitos. La gente se perdió en la euforia de los actos «conmemorativos». Surgieron todo tipo de críticos y analistas en DDHH, a partir de ese momento dejaron de existir el desempleo, el hambre, el gatillo fácil en los barrios, los presos políticos y procesados, las fábricas militarizadas, las patotas de la burocracia, la criminalización de la protesta, Jorge Julio López...
Pero esto no es únicamente llevado adelante por el gobierno de turno (como tampoco el genocidio fue únicamente llevado a cabo por militares). Existen dentro de la sociedad otros participes y cómplices de estas violaciones a los derechos humanos. Muchos medios de comunicación fueron claves para que los militares concretasen la desaparición de 30 mil personas, torturaran a millares, destruyeran la economía nacional, crearan la deuda externa, fragmentaran y despolitizaran a la población, y nos dejaran en la mayor miseria nunca imaginada.
Lo más preocupante es que muchas de aquellas personas que adhirieron a la dictadura, aun hoy continúan ejerciendo un poder sobre la población: Mauro Viale, Marcelo Araujo, Mariano Grondona, Felix Luna, Palito Ortega,… Lo mismo sucede en Florencio Varela. Miembros de establecimientos educativos, eclesiásticos, de los medios de comunicación, del área gubernamental, etc. que en su momento agitaron consignas pro dictadura desde gradas continúan dejando legado en el territorio.
Cada quien actúa dependiendo de las circunstancias y adaptándose al sistema que permite solo la sobrevivencia del más fuerte. Hablo, actúo o no me inmuto dependiendo del grado de conveniencia.
Con ojo de cíclope observamos todos. No olvidemos que no somos ni seremos nunca objetivos. No somos carmelitas descalzas ni lobos feroces. Hagámonos cargo de nuestro pasado para construir un futuro diferente.

martes, 18 de noviembre de 2008

Creamfiels y Zizek: dentro del mundo globalizado


“La música repercute en el cuerpo, late. Las bolas de espejos reparten rayos al azar. Las luces hipnotizan. Los Dj, responsables de 60 mil almas ensimismadas, llevan la música a picos máximos de tensión”, afima Joako.
Para García Canclini , más allá de la modalidad de incorporación a la globalización de cada Estado-Nación, este nuevo escenario, nos obliga a una revisión de la escena sociocultural que, entre otros elementos incluye la redefinición del sentido de pertenencia e identidad, “organizado cada vez menos por lealtades locales o nacionales y más por la participación en comunidades transnacionales o desterritorializadas de consumidores”. En todo caso, asistimos a la reconfiguración de los espacios y al redimensionamiento de las intensidades que se ofrecen a la identificación. Y al nacimiento de nuevas culturas híbridas, incluyentes de temporalidades modernas y premodernas, para el caso latinoamericano .
Este impacto de bienes y mensajes provenientes de una cultura globalizada, afecta directamente a los generados en las regiones o naciones a las que se pertenece, a consecuencia de lo cual, aquí y allá los adolescentes bailan al compás de Hernan Cattaneo o los Chemicals Brothers sin distinción. Al grupo de sujetos que participa de la Creamfields, los atraviesa una fuerte mediatización, más allá de su acceso diferenciado a los bienes.
Esta característica es, con un nivel menor de espectacularizacion, compartida por las fiestas Zizek. De esta forma, el sentido de pertenencia e identidad, se organiza a través de lealtades supranacionales, que aparecen mezcladas con figuras locales, en desmedro de las nacionales.
Se trata de una hibridación cultural que no deja de tener en su centro la propia experiencia vivida, pero ahora, tensada por un horizonte planetario de sentidos. La mundialización de las comunicaciones, que ha globalizado la circulación de bienes simbólicos, impacta directamente en la subjetividad proponiendo modas, imágenes, formas de ser y consumos de marcas y emblemas, que definen el lugar de cada uno en la sociedad.
Estimulados al extremo por la publicidad y la propaganda, la tensión que resulta de la oferta del “mercado de bienes para la juventud” y la posibilidad de acceso real a tales bienes, impacta en mayor medida en los jóvenes de la Creamfields. Son ellos quienes no logran fácilmente sustraerse a sus imágenes seductoras, más allá del hecho cierto de que los mismos jóvenes re-inventan y dotan de nuevos sentidos a los bienes que se les ofrecen.
En el caso de los jóvenes que asisten a las Zizek, existe una constitución colectiva movida por ideas de cambios macro (aunque no radicales como las de antaño). De alguna manera, estos sujetos intentan escapar a la productivista, individualista, asediado por pequeños relatos que procuran dar sentido las vidas más acuciadas por la necesidad y amenazadas por la exclusión.
A pesar de estas diferencias, en ambos casos la “socialidad” se sustenta en la acción de una “comunidad emocional”, y rituales de emociones compartidas. Esto es el resultado del desplazamiento de la sociedad del trabajo y la producción hacia una sociedad del consumo. Podría resumirse en “Dime qué consumes y te diré quien eres”.
Los jóvenes de las Zizeks adquieren una condición juvenil, ciertamente diferenciada de la de los jóvenes que asisten a la Creamfields, pero se trata de adultos menores sin juventud. Muchos de los habitué a las Zizeks habitan en hogares sólo con la madre (a veces, el padre) y numerosos hermanos, otros parientes y figuras cuasifamiliares. La ausencia del padre, dificulta la identificación con una figura paterna y su rol, e incluso afecta el campo de identificaciones posibles alrededor de la masculinidad. El rol femenino está mayormente marcado (de hecho, una de las figuras de las fiestas es Kumbia Queers –compuesto por mujeres-). Muchas veces la maternidad temprana, se inscribe en la posibilidad de cambiar su lugar en tanto sujeto, con una imaginaria que real perspectiva de construcción de nuevos sentidos, que las saquen de la posición de víctimas de las violencias a las que se ven sometidas en sus vidas.
Quienes muestran al cien por ciento que, en términos de Margaret Mead, estamos frente a una cultura "prefigurativa", en la que son los jóvenes quienes enseñan a sus padres , son quienes asisten cada año a la Creamfields. Definitivamente se trata de un nuevo homo videns, cambia sus nociones de tiempo y espacio en relación a la cultura de los viejos sapiens de la palabra y el texto escrito. Es la primera generación de jóvenes videoformados, como diria Sartori .
Hay que reconocer que los usos sociales posibles de los aparatos que constituyen la tecnológica son diversos a la par que segmentados. Es decir, su consumo y apropiación. Para unos es la cumbia con elementos de electrónica y para otros el electro dance. Sin embargo, el mundo de la tecnología los atraviesa a unos y otros. Para un importante numero de habitués a las Zizek, la tecnología esta muy presente en su vida como tecnología invasiva aunque pobre en sus posibilidades, con un componente de interactividad reducido.
La Creamfields ya no es el evento que creció y rompió la matriz hasta convertirse en una jornada que reúne un hecho musical nuevo, esa característica novedosa ahora la posee las Zozeks. Sin embargo, mantienen viva la esencia de ocupar el espacio de un modo integral, de necesariamente ser escuchada por el cuerpo todo y no tan solo por los oídos. El sistema de luces complejo sigue acompañando a la música electrónica allí dónde esta se ofrece a los cuerpos juveniles, generando una inmersión sónica y lumínica en la que son los cuerpos los que sienten.
Quizás con más fuerza en la Creamfields, pero compartida por las Zizeks, se da la desaparición de la palabra. Hoy tiene fuerte incidencia lo gestual, lo paraverbal y lo corporal, produciendo nuevas formas de relacionamiento y formas de saber. Tanto en una como en otra, aparecen los tatoos, el piercing, implantes subcutáneos, el branding, la scarification, entre otros.
Sin embargo, no es radical la diferenciación con los jóvenes sesentistas hippies y otros alternativos, ya que en estos espacios de electro en diferentes versiones también se hace uso de numerosos collares y aros y pulseras, flores en los cabellos ellas y sombreros/ gorras. Es una mezcla de marcas que llevan a la constitución de un otro auténtico con accesorios que sirven disfraz de tiempo parcial -al cual se puede renunciar para volver a ser los mismos-.









BIBLIOGRAFIA
GARCÍA CANCLINI, Néstor; (1990). Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Ed. Grijalbo. 1990.
GARCÍA CANCLINI, Néstor; (1995). Consumidores y Ciudadanos. Conflictos multiculturales de la globalización. Ed. Grijalbo. 1995
MEAD, Margaret; 1970. Cultura y compromiso. Gedisa. España. 1997.
REGUILLO, Rossana, 1993. "Las tribus juveniles en tiempos de la modernidad". En: Estudios sobre las culturas contemporáneas. Vol. V, Número 15; marzo de 1993. Universidad de Colima. México.
SARTORI, Giovanni; 1997. Homo Videns. La sociedad teledirigida. Taurus. España. Segunda edición 2001.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Se presentará el documental Los Pibes del Santa

El Centro de Participación Popular Monseñor Enrique Angelelli presentará el día 15/11 Los Pibes del Santa: el documental, realizado por Néstor Denza, Rafael Britez (integrantes de la Comisión por la Memoria , la Verdad y la Justicia del Centro Angelelli), Eduardo Cartoccio y Julio Kaler. El evento tendrá lugar en la escuela Nº1 (Chacabuco 80) de Florencio Varela desde las 18hs.

El film reconstruye parte de la historia de cada uno de los 10 alumnos detenidos- desaparecidos del Instituto Santa Lucía, a partir del testimonio de los familiares de las víctimas, compañeros de militancia y amigos. La película recupera también material fílmico de la época. Al mismo tiempo, describe el contexto histórico de Florencio Varela en aquellos años, sobre el que se monto el aparato represivo de la dictadura


Los pibes del SantaEl documentalSinopsisBasada en la vida de los 10 alumnos detenidos-desaparecidos delInstituto Santa Lucía de la localidad de Florencio Varela. Los pibesdel Santa reconstruye parte de la historia de cada uno de los jóvenes, el contexto histórico y su paso por las aulas en una instituciónsignada por los rasgos despóticos de su rector, Tino Rodríguez, amigopersonal del genocida J. R. Videla.Diez historias de juventud, de pasión revolucionaria, recuperadas apartir de la mirada de familiares, compañeros de militancia y amigos,con material de archivo que esperó decenas de años para ser recuperado del olvido, ayudan a comprender a una generación que supo alumbrar generosamente sus sueños, amores y utopías.Las voces que confluyen el el relato de Los pibes del Santa hacen ssu aporte a la reconstrucción de la trama del autoritarismo -sobre la que se montó el aparato represivo de la dictadura-en la vida de una ciudad-pueblo, como era Florencio Varela en los ´70