martes, 21 de noviembre de 2006

DESAPARICIONES Y PROSTITUCION

CONURBANO SUR


Desapariciones y prostitución: oscuro entramado


La “Dirección General de Registro de Personas Desaparecidas” posee ciento cuarenta personas reportadas, de las cuales cuarenta y seis son mujeres. Casi una decena de ellas vivían en el Gran Buenos Aires.

Cuarenta y seis son las mujeres desaparecidas, según la “Dirección General de Registro de Personas Desaparecidas” de la provincia de Buenos Aires. Seguramente este es un número, por demás, menor al de las vecinas ausentadas de su hogar. Pero, teniendo en cuenta esta cifra, no es menor el dato de que casi una decena pertenecen a la zona sur del conurbano bonaerense y sus edades van desde los 14 hasta los 27 años. El número de ancianas desaparecidas es ínfimo en la totalidad.
La zona sur del gran Buenos Aires contiene el mayor número de denuncias de desapariciones, según este registro. La mayor cantidad de vecinos reportados ausentes de su hogar son niños y mujeres.
Las desapariciones sin motivo previo son algo que preocupa a todos los vecinos y que se ha vuelto a poner sobre el tapete de la sociedad tras la recaptura de una joven santafesina. Ella se había escapado junto con otra de un prostíbulo en Santiago del Estero, adonde habían sido llevadas por un vecino que las secuestró, pero sus secuestradores no le permitieron ser libre.
Sandra, una chica de 20 años de clase media que vivió su infancia en Florencio Varela, es un caso testigo. Su padre tiene un pequeño comercio, su madre es ama de casa. Sandra dejó su hogar a los 15, su familia no hizo mucho para que volviera. Desde esa edad fue prostituida.
Así como Sandra, muchos menores son llevados a la prostitución por las circunstancias, como una manera de lograr mantener a sus familias, como medio de sobre vivencia en las calles, pero la mayoría de ellos, bajo amenaza, mentiras, engaños. La pobreza es uno de los factores desencadenantes en el crecimiento de esta industria, aunque también hay un círculo de prostitución de lujo, de chicos de clase media y alta.
Etelvina Zaracho, es Capitán desde hace un año y ocho meses de la Comisaría de la Mujer de Florencio Varela, plantea que son alarmantes los casos, que diariamente llegan a Sargento Cabral y Alfonsina Storni del Cruce Varela, para denunciar un abuso sexual de un menor, pero que “ve que la denuncia son positivos, ya que el acercamiento de las personas a denunciar los casos, que antes se ocultaban y hoy se ha tomado conciencia de lo que sucede”.
En muchos casos este abuso lleva a las personas a ausentarse de su hogar. De allí, existe una delgada línea para entrar en la red de prostitución, según afirman por lo bajo agentes de las fuerzas de seguridad.

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